Colombia es uno de los países de Suramérica más coloridos y con una cultura impresionante. En esta oportunidad, quisimos rendirle un tributo a esa cultura, con la obra de teatro Entre Andes y tambores. Se trata de una historia de danza, música y tradiciones que te harán bailar de principio a fin.
Irás de Barranquilla a Bogotá para conocer un poco de las costumbres colombianas, lo cual no está nada mal para que aprendas un poquito de otros países.
Prepárate para disfrutar de melodías, risas y bailes, en donde te aseguramos que quedarás con muchas ganas de seguir viendo a estos personajes.
La escenografía es un dinámico collage que representa la diversidad de Colombia: desde los majestuosos picos andinos, con sus nevados y valles verdes, hasta las costas caribeñas, donde los tambores resuenan hasta el amanecer.
Los cambios de escenario llevan a la audiencia desde un colorido festival en las calles de Barranquilla hasta una pacífica tarde en un café de la Zona Cafetera, pasando por el histórico Teatro Colón de Bogotá.
🧑 Personajes
- Gabriela: Bailarina y coreógrafa que busca inspiración en las tradiciones de su país para crear una nueva obra maestra de danza.
- Carlos: Músico de corazón que recorre el país capturando sonidos para un proyecto que mezcla los ritmos tradicionales con los modernos.
- Dolores: Anciana sabia y narradora, conocedora de las leyendas y cuentos que se entretejen con la historia de Colombia.
- Javier: Artista plástico que pinta los paisajes y la gente de Colombia, mostrando el país a través de sus ojos llenos de color y vida.
- El Viajero: Un personaje misterioso que representa a todos los visitantes que se enamoran de Colombia y sus culturas.
🎭 Ritmos de la Tierra: La Sinfonía de un País
🏔️ Acto I: Ecos de los Andes
Escena 1: El espíritu de los montes
- Narrador: En las alturas, donde el aire puro de los Andes toca el cielo, Gabriela busca en las antiguas danzas andinas la inspiración para su próxima coreografía.
- Gabriela (respirando profundamente, los brazos abiertos hacia el cielo): Aquí, entre picos y nubes, siento que la danza fluye a través de mi ser, antigua y poderosa como estas montañas.
- Carlos (ajustando su charango, con una sonrisa): Y en cada cuerda, en cada nota, hay ecos de historias que solo estas tierras pueden contar.
- Dolores (con una mirada que trasciende el tiempo): Cada paso que dan en esta tierra sagrada, despierta los espíritus de antiguos guerreros y princesas. Dejen que sus espíritus guíen sus artes.
Escena 2: Susurros de la montaña
- Narrador: Al caer la tarde, los susurros de la montaña llevan consigo secretos antiguos que Gabriela busca capturar en su danza.
- Gabriela (con los ojos cerrados, sumida en la música de la naturaleza): Cada susurro es un paso, cada silencio es un compás. La montaña me está enseñando su danza.
- Carlos (tocando una melodía suave en su charango): Y yo escucho su canción. Juntos, montaña, música y danza, hablamos el mismo lenguaje.
- Dolores (mirando a lo lejos, voz llena de emoción): Así es, niños. La montaña nos ha hablado desde siempre. Solo debemos aprender a escuchar.
🥁 Acto II: Ritmos costeños
Escena 1: Tambores en la brisa
- Narrador: Descendiendo de los Andes hacia el calor vibrante del Caribe, los tambores resuenan en el corazón de Barranquilla, llevando a Gabriela y Carlos a la cuna del Carnaval.
- Gabriela (moviéndose al ritmo, embelesada): ¡Estos ritmos! Se apoderan de uno y cuentan la historia de un pueblo alegre y resistente.
- Javier (pintando fervientemente, los colores brillan bajo el sol): Cada color aquí es más vivo, cada sombra cuenta la historia del Caribe. No hay lienzo suficiente para capturar esta pasión.
- El Viajero (observando, el entusiasmo en sus ojos): No hay lugar en el mundo donde la música y la danza sean un lenguaje tan universal. Esto… esto es mágico.
Escena 2: La Fiesta del carnaval
- Narrador: La noche cae, pero la ciudad se ilumina con la fiesta del carnaval. Gabriela y Carlos se sumergen en la celebración que palpita al ritmo de la cumbia y el mapalé.
- Gabriela (riendo, moviéndose con la multitud): ¡Esta es la alegría de mi tierra! Cada paso de baile es una historia de alegría y resistencia.
- Javier (capturando el momento con sus pinceles): ¡Qué vivan los colores del Caribe! ¡Qué viva la fiesta que nunca duerme!
- El Viajero (maravillado, siguiendo el ritmo con las manos): En ningún lugar del mundo la noche es tan viva, tan llena de pasión y alegría como aquí.
☕ Acto III: La tierra del café
Escena 1: Aromas que cuentan historias
- Narrador: En las suaves colinas de la Zona Cafetera, el aroma del café recién molido se levanta como una plegaria matutina, y nuestros viajeros se deleitan con las historias que nacen de la tierra fértil.
- Carlos (con una taza en la mano, reflexivo): Hay una melodía en el café, una promesa en su aroma que habla de madrugadas frías y tardes de arduo trabajo.
- Gabriela (cerrando los ojos, inspirada): Siento que cada sorbo me cuenta la historia de quienes cultivaron estos granos, un relato que quiero expresar en mi danza.
- Dolores (sonriendo, mientras sirve otra ronda de café): Y no olviden, niños, que en estas colinas, cada planta y cada grano han sido tocados por las manos de nuestros ancestros. Ustedes están bebiendo la historia.
Escena 2: Crepúsculo en la hacienda
- Narrador: Mientras el crepúsculo tiñe de oro y púrpura las plantaciones de café, nuestros viajeros comparten historias al calor de una fogata.
- Carlos (levantando su taza al fuego): A cada grano de café, a cada mano que lo ha cultivado, a cada leyenda que lo ha visto crecer.
- Gabriela (extendiendo las manos hacia el calor): Que esta fogata lleve nuestras historias y sueños a cada rincón del mundo, junto con el sabor de nuestro café.
- Dolores (agregando más leña al fuego): Así como esta fogata une nuestras sombras en una sola, que el café una nuestras almas.
🎨 Acto IV: Colores de una nación
Escena 1: Pinceladas de identidad
- Narrador: Bajo la cálida luz de un atardecer bogotano, Javier revela su obra maestra: un mural que encapsula la vibrante esencia de Colombia, mientras Gabriela planea una danza que lo complementa.
- Javier (dando un paso atrás para admirar su trabajo): En cada trazo, he intentado capturar la esencia de nuestra Colombia… rica, compleja y eternamente hermosa.
- Gabriela (con la mirada fija en el mural): Tu arte me inspira a traer una danza a la vida que sea digna de este mural, que sea digna de nuestra tierra.
- El Viajero (contemplando el mural): Ustedes, artistas de Colombia, han logrado lo que muchos solo pueden soñar: han dado vida a su amor por su país.
Escena 2: Mural de un país
- Narrador: En una colaboración mágica, Gabriela baila mientras Javier pinta, sus movimientos crean un diálogo visual que narra la historia de Colombia.
- Javier (con cada pincelada, emocionado): Tu danza trae vida a mi arte, Gabriela. Juntos, estamos contando la historia de nuestro país.
- Gabriela (respondiendo con su cuerpo a cada trazo de color): Y tu arte me da un camino por donde bailar. Es como si Colombia misma se moviera conmigo.
- El Viajero (observando, inspirado): Nunca imaginé que la danza y la pintura podrían hablar tan fuerte. Esto es un tributo a Colombia.
Ahora cuéntanos: ¿qué te ha parecido la obra Entre Andes y Tambores?
Sabemos que te ha encantado, sobre todo, por el ritmo de la cumbia y el sabor costeños. Ahora bien, esta hermosa obra es más que una travesía por la geografía de una nación; es un viaje al alma de Colombia y su gente.
Además, nos muestra que, al igual que las montañas forman parte del horizonte y los tambores del ritmo de la vida, cada cultura y cada historia individual son esenciales para el mosaico de la humanidad.
Por otra parte, la trama celebra la rica diversidad y la unidad que encontramos en la expresión artística.
Recuerda que cada cultura es única y merece respeto. Además, todos pertenecemos a una misma casa: La Tierra, y debemos aprender a compartirla.